Generalidades:

El Bacilo de Döderlein forma parte de la microbiota de la vagina, ayudando a evitar que microbios como la Gardnerella V. o las Cándidas colonizen la mucosa vaginal causando infecciones, por lo que son indispensables para el mantenimiento de la homeostasis vaginal.
Los procesos de fermentación de los lactobacilos también son responsables de mantener una mucosa ácida (pH 4) de la vagina, lo que ayuda a prevenir infecciones.
Los lactobacilos son organismos oportunistas que únicamente producen infección en personas con enfermedades subyacentes graves, especialmente las que inducen inmunodepresión.
Por ejemplo, los pacientes que presentaban enfermedades de base graves o condiciones que depriman significativamente el sistema inmune, y las más frecuentes eran cáncer, diabetes, infección previa tratada con antibióticos de amplio espectro y trasplantes, especialmente hepático.

Síntomas:

En caso de vaginitis: Picazón, inflamación, ardor, dolor, mal olor.
Si se testea mediante bioenergética es importante preguntar si la infección se debe a mayor proliferación o escases del lactobacilo, así podremos saber si es necesario prestar mayor atención a otros posibles patógenos.